jueves, 26 de marzo de 2015

El Valle del Mezquital, donde las aguas residuales son un tesoro.

Los campesinos del Valle del Mezquital, en Hidalgo, de una cosa están seguros: las aguas negras que les llegan del Valle de México por el drenaje profundo, incluidas las toneladas de desechos que excretan los seres humanos, contienen suficientes nutrientes para el riego de más de 100 mil hectáreas y su producción de alfalfa, maíz, cebada, trigo, sorgo, avena y demás hortalizas.



Sin embargo, los ambientalistas aseguran que esas aguas provocan enfermedades a la población.
Estas aguas negras se almacenan en cuatro presas de la región: Endhó, Requena, Rojo Gómez y Aguirre, de donde salen para conducirse en pequeños canales hacia los distritos de riego del Valle del Mezquital.
Solo en la primera se almacenan 227 mil 309 millones de metros cúbicos de aguas espumosas y sin tratar; a diario, desde el Valle de México llegan a este vaso regulador tres mil 456 millones de litros de aguas negras.

El Valle del Mezquital está dentro de los límites del estado de Hidalgo. Situado en lo alto de la meseta mexicana, a 60 Km. de la ciudad de México, con una altitud entre 1,700 m y 2,100 m sobre el nivel del mar. Los 495,000 habitantes del valle se dedican principalmente a actividades agrícolas, complementándose con la producción ganadera. Su estándar de vida es mayor que el de la población que no tiene acceso al uso del agua residual para el riego.


Los distritos de riego 03 Tula y 100 Alfajayucan usan aguas residuales crudas del área Metropolitana de la ciudad de México . Estas aguas residuales han recibido un tratamiento no convencional. Debido al inmenso tamaño del área de cultivo  y su antigüedad (91 años en operación continua), la región es el único ejemplo de riego con aguas residuales. El agua residual cruda, parcialmente tratada o mezclada con agua de lluvia, es altamente valorada por los agricultores debido a que se mejora la calidad del suelo por su carga de nutrientes, lo que permite aumentar la productividad. En 1990, los cultivos de maíz y alfalfa cubrieron una superficie 10 veces mayor que el cultivo de vegetales, pero la productividad fue seis veces más baja.



Las aguas residuales están contaminadas con organismos patógenos y sustancias químicas tóxicas que constituyen un riesgo para la salud de los agricultores y consumidores de esos productos. Los principales cultivos son alfalfa, maíz, trigo, avena, frijol, jitomates, chiles y betabel. Hay una pequeña, pero importante producción de cultivos restringidos en una sección menor del Valle, que incluye lechuga, col, cilantro, rábano, zanahoria, espinacas y perejil. Esta restricción de cultivos es parte de la regulación para el reuso de aguas residuales para la protección de la salud.

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